Organizaciones sociales y empresas agroalimentarias de Extremadura han sellado un acuerdo para reducir el
desperdicio alimentario y destinar los excedentes de producción a
bancos de alimentos, comedores sociales y proyectos comunitarios de apoyo a familias vulnerables.
El convenio, impulsado por varias ONGs locales junto con cooperativas agrícolas y productores de la región, contempla la creación de una
red logística de recogida y distribución que facilitará que frutas, verduras, aceite de oliva y otros productos típicos de Extremadura lleguen en mejores condiciones a quienes más lo necesitan.
La iniciativa no solo responde a una preocupación social, sino también a criterios de
sostenibilidad medioambiental y de
responsabilidad social corporativa (RSC). Se estima que en los primeros seis meses se podrán rescatar más de
150 toneladas de alimentos, evitando que terminen en vertederos y contribuyendo a la reducción de emisiones de CO₂.
“Cada kilo de comida aprovechado es un paso más hacia una sociedad justa y sostenible”, afirmó un portavoz de una de las empresas implicadas.
Desde el sector social, representantes de las ONGs recalcaron que este tipo de alianzas fortalecen el
tejido comunitario, generan empleo en la logística solidaria y refuerzan el mensaje de que
la cooperación entre ciudadanía, empresas y tercer sector es clave para enfrentar los retos sociales y ambientales del siglo XXI.
El proyecto servirá además como
modelo de buenas prácticas en la región y podría inspirar a otras comunidades autónomas a replicar la experiencia.
